El Padre Carmelo Ballester Nieto (1881 - 1949) edita en 1920 El Nuevo Testamento de Nuestro Señor Jesucristo en Barcelona España, siendo reeditado hasta los años 40 en multiples ediciones españolas.
En 1938 es consagrado como obispo de León, en España y en 1943 preconizado obispo de Vitória. En 1948 es nombrado obispo de Santiago de Compostela pero no toma poseción ya que muere en 1948, es enterrado en la antigua catedral de Vitória.
En 1938 es consagrado como obispo de León, en España y en 1943 preconizado obispo de Vitória. En 1948 es nombrado obispo de Santiago de Compostela pero no toma poseción ya que muere en 1948, es enterrado en la antigua catedral de Vitória.
Su obra se basa en la traducción bíblica de Mons. Félix Torres Amat pero revisada, eliminando las notas originales y las introducciones a cada capítulo para añadir otras mejores desde el punto de vista de estudio. Escribió y publicó otros libros sobre la Sagrada Escritura.
La obra tiene una excelente introducción, con análisis, índices y ayudas al lector así como grabados y mapas, además de que revisa el texto.
Al eliminar las notas de Félix Torres Amat y reorganizar el texto da como resultado una obra diferente y en una edición buenísima para el estudio. Además de que los grabados ilustraban y hacían referencia arqueológica o de los usos del tiempo Bíblico. La página que dedica a la oración antes de leer la Biblia es insuperable y aquí la reproducimos.
Manera de leer la Sagrada Escritura
Si os servís de la lectura de la Sagrada Escritura para ejercicio de piedad,
Poneos de rodillas, si no es que tenéis cualquier impedimento,
Recogeos, alejando vuestra alma de cualquier otra preocupación,
Purificad el corazón, excitándoos a sentimientos de dolor por vuestros pecados.
Y, hecho esto, rezad la siguiente oración:
¡Oh, Dios mío¡ creo y adoro las verdades que voy a leer. Penetradme de los sentimientos con que fueron pronunciadas. Propongo con el auxilio de vuestra gracia practicar los preceptos y consejos que contienen e imitar los ejemplos de virtud que encuentre en ellas.
Hablad, Señor, que vuestro siervo escucha. Dadme inteligencia, para que pueda entender vuestra Ley y guardarla en mi corazón.
Y sin apoyaros, si tenéis buena salud,
Attente ac devote (con atención y devoción), empezad la lectura, teniendo en cuenta las observaciones hechas por el autor de la Imitación de Cristo (Libro 1, capítulo 5).
Concluida la lectura, besad las Sagradas Escrituras con amor, respeto y gratitud, y rezad la oración siguiente:
Dios mío, de nuevo creo y adoro las verdades que acabo de leer. Hacedme la gracia de que me penetre bien los sentimientos con que fueron pronunciadas e imite los ejemplos de virtud y los preceptos que ellas contienen.
Dadme, Señor, vuestra gracia para que, conociendo vuestra Ley, la cumpla fielmente. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Si queréis estudiar con provecho la Sagrada Escritura, pensad que no es como los otros libros y que no podéis someterla a vuestra crítica.
Haced como los Santos que nunca comenzaban el estudio de la Sagrada Escritura sin antes hacer oración; recitemos esta plegaria de San Agustín:
Sean vuestras Escrituras mis más puras delicias, Haced, Señor, que no saque de ellas error ni para mi ni para los otros. Miradme y tened piedad de mí Señor, Dios mío, luz de los ciegos y fuerza de los débiles y verdadera luz de los que ven y fuerza de los fuertes. Que yo os de gracias por todo lo que encuentre en vuestros libros.
Miradme, Padre, plazca a vuestra misericordia hacerme encontrar gracia delante de vos, con el fin de que a mi invocación me sean descubiertos los secretos de vuestras palabras. Os lo pido por vuestro único Hijo, que esta sentado a vuestra diestra, que intercede por nosotros y en quién están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia. (Confesiones 11, 2)
O antes esta otra oración:
Deus, qui Scripturas Sacras ad mentis illuminationem et consolationem cordis, filiis tus per Ecclesiam Catholicam tradidisti, concede nobis ut Bb. Ioanis Chrisostomi et Hieronymi exemplis incitati atque intercessione, adjuti, ad Tui Sancti Nominis laudem, mentis nostrae sanctificationem, saluten animarum et Sanctae Ecclessiae decorem, quotidie Scripturarum pie, attente, devote, constanter et humiliter sacrum thesaurumperscrutemur. Per Christum Dominum Nostrum. Amen.